LA CONQUISTA ESPIRITUAL I
ESCUELA SECUNDARIA GENERAL «PAPANTLA»
PROFESOR: JOSÉ VILLAGÓMEZ REYES
HISTORIA II
LA
CONQUISTA ESPIRITUAL I
PDA: Conoce
algunos hechos y acontecimientos que formaron parte del proceso de
evangelización de los indígenas de la Nueva España.
Énfasis: Reconocer el
proyecto de la primera evangelización, así como el proceso de
occidentalización.
Para iniciar
y relacionado con la sección de lectura. ¿Sabías que el consumo de pulque en la
época prehispánica se convirtió en un gran problema de salud para los indígenas
en su proceso de evangelización?
Pues se te
invita a que leas el siguiente texto.
Historia de
la vida cotidiana en México.
El siglo
XVIII: entre tradición y cambio, coordinado por Pilar Gonzalbo.
La Iglesia y el
pulque
En la época
prehispánica la embriaguez de los jóvenes se castigaba con severidad, salvo en
las fiestas religiosas, en que cualquier exceso alcohólico estaba permitido.
[…].
Tras la
Conquista, el alcoholismo perdió su carácter ritual y se convirtió en una evasión
desesperada para los indígenas reducidos a la servidumbre. Durante los tres
siglos de la Colonia, la ingesta de pulque en el Valle de México fue un grave
problema de salud pública, pero la autoridad virreinal no podía erradicar ese
vicio colectivo sin perjudicar a los grandes hacendados pulqueros. Obligada a
condenar la embriaguez desde los púlpitos, la Iglesia, sin embargo, tenía un
conflicto de intereses porque algunas de las órdenes religiosas más ricas
poseían grandes plantaciones de maguey. En su estudio sobre las pulquerías en
la ciudad de México durante el siglo XVIII (la época de oro de la industria
pulquera). Miguel Ángel Velásquez Meléndez cuenta cómo resolvió este dilema la
Compañía de Jesús: "Las consecuencias nocivas del consumo de pulque en el
cumplimiento de las obligaciones religiosas, impedían a los jesuitas participar
directamente en el mercado del pulque. No obstante, el floreciente negocio de
las pulquerías capitalinas propició que, hacia la segunda década del siglo
XVIII, los jesuitas iniciaran la plantación intensiva de magueyales y su
arrendamiento a particulares. Esta práctica redituó considerables ganancias a
la Compañía […]."
Descargada
su culpa en los hombros de los arrendatarios que se encargaban de extraer y
comercializar el pulque, los jesuitas podían dedicarse a salvar las almas de
los borrachos con la conciencia limpia. Su problema, y el de toda la Iglesia,
era que muchas veces los indios preferían asistir a la pulquería que a la misa
dominical. Citando al cronista Agustín de Vetancurt, Sonia Corcuera de Mancera
explica por qué los sacerdotes eran impotentes para detener esa deserción
masiva de los templos: "Los párrocos desesperan porque más auditorio hay
en una pulquería que en la misa dominical, y más gente dispuesta a gastar en
beber, que en escuchar al padre que predica.
Una vez
adentro de la pulquería, los asiduos están a salvo, porque tienen las
pulquerías privilegio para que ningún ministro de la Iglesia, bajo graves
penas, pueda entrar a sacar a los indios borrachos". Es muy significativo
que la institución más poderosa del virreinato haya tolerado sin chistar el
fuero de las pulquerías. Lo respetaba, sin duda, porque en ello le iba su
propia salud financiera y la de sus benefactores. […].
La primera
evangelización.
Después de
que los españoles conquistaron México-Tenochtitlan, Cortés pidió al rey que
enviara frailes para enseñar el cristianísimo a los indígenas. Los frailes
tendrían la misión de evangelizar y erradicar prácticas religiosas
prehispánicas. Los frailes franciscanos comenzaron su labor de evangelización
en 1524. Y aunque desde 1523 habían llegado tres frailes, fue un año después
cuando doce misioneros de la orden de San Francisco emprendieron una labor
evangelizadora masiva.
Los
franciscanos extendieron su presencia en el centro de la Nueva España, para
ellos también resultó de importancia el Valle de México, junto con sus
colindancias, y la región Puebla-Tlaxcala, ahí edificaron grandes conventos
como el de Cholula. También se establecieron en los actuales estados de
Querétaro, Michoacán, Jalisco, Guanajuato, Durango y Zacatecas; posteriormente,
se establecieron desde San Luis Potosí; tomaron diversos territorios, el más
distante fue la península de Yucatán.
Los dominicos
fueron la segunda orden en llegar (1526) y se ubicaron en las regiones del sur,
desde Oaxaca hasta Guatemala.
Los agustinos
(1533) se enfocaron en aquellas regiones no ocupadas por los otros oidores
religiosos, como el occidente, en el estado de Guerrero. Tiempo después
llegaron los jesuitas (1572). Para finales del siglo XVI, los jesuitas ya
estaban establecidos en Ciudad de México, Oaxaca, Puebla, Valladolid (actual
Morelia), Zacatecas y Guadalajara, en donde han fundado colegios e iniciado
ministerios pastorales. También han iniciado misiones en regiones de Sinaloa,
Durango, Coahuila, Zacatecas y San Luis Potosí.
El propósito
era convertir a los indígenas paganos en cristianos susceptibles de ser
explotados.
¿Qué atrajo a
los indígenas a la nueva fe predicada por los franciscanos, dominicos y
agustinos?
En primera
instancia, no hay que olvidar que los españoles destruyeron y proscribieron los
templos, los cultos, los libros y las doctrinas de las antiguas religiones
mesoamericanas.
Inhabilitaron
de esta manera a las antiguas deidades tutelares, los dioses patronos que
regían la vida ritual y política de los Estados mesoamericanos y que definían
su historia, su identidad y su fuerza, desde la fertilidad de su maíz hasta el
poderío de sus ejércitos.
Desde el
principio, la evangelización fue clave para el plan español de expansión y
sometimiento. Las tres órdenes consideraban que la violencia ejercida por los
conquistadores era necesaria para hacerles llegar la Biblia a los pueblos
originarios y, amparados bajo esta lógica, les decían a los nativos: “venimos a
darles la salvación, a cambio, ustedes deben trabajar para nosotros”.
Para los
frailes desembarcados en la Nueva España, la tolerancia era algo impensable, y
lo mismo el respeto al otro.
A fin de
evitar evangelizaciones malogradas, la estrategia fue sacar a los indígenas de
sus hogares y congregarlos en un solo lugar, casi siempre lejos de donde
estaban sus santuarios, a fin de que olvidaran a los dioses originales, creando
comunidades que le dieron un ordenamiento geográfico definitivo a Nueva España
tanto en sus asentamientos chicos como en sus concentraciones urbanas.
Todo esto,
además de ayudar a la propagación del cristianismo, facilitó el cobro de
tributos a la hacienda novohispana, el manejo de mano de obra nativa a mineros
y terratenientes, y benefició tanto a la Corona y a encomenderos como a las
autoridades indígenas que se aliaron con los recién llegados. Y es que muchos
caciques pactaron con los frailes. Se repite que los indígenas participaron
activamente en la Conquista y poco se menciona que también se sumaron a la
evangelización, pues, acostumbrados al politeísmo, muchos aceptaron sustituir
sus creencias originales por el credo de Cristo.
Para reforzar
lo que estas analizando, observa el siguiente video.
1.EVANGELIZACIÓN Y MANUSCRITOS EN LENGUAS INDÍGENAS.
Como lo viste
en el video, la evangelización fue la forma de consolidar el dominio de la
Corona española a través de los frailes.
El proceso de
occidentalización.
La conversión
de los indígenas no sólo significó que los frailes les enseñaran el catecismo y
las principales creencias de la religión cristiana. El proceso de
evangelización también supuso la transformación de muchas costumbres
cotidianas, como fue, entre muchas otras, la implantación del matrimonio
cristiano y que los indígenas empezaran a cubrir ciertas partes de su cuerpo
con ropa. Además, durante este proceso, los frailes enseñaron a los indígenas a
hablar castellano y a algunos de ellos latín, a fabricar instrumentos musicales
occidentales, a cantar en los coros de las iglesias, a participar en las
fiestas de los santos, ir a misa y practicar los sacramentos.
Los primeros
frailes que vinieron a trabajar a Nueva España fueron personas comprometidas
con la defensa del indígena, aunque también había intereses políticos y
económicos en las órdenes. Entre los frailes más destacados de este periodo se
pueden mencionar a los franciscanos fray Toribio de Benavente (llamado
Motolinía o Pobrecito por los indígenas), fray Juan de Zumárraga, primer obispo
de Nueva España y fundador de un centro de enseñanza para indígenas. De gran
importancia fue también la labor del dominico fray Bartolomé de las Casas, ya
que se convirtió en el gran defensor de los indígenas ante los abusos de los
conquistadores y los colonizadores.
De igual
forma, el agustino fray Alonso de la Vera Cruz denunció la injusticia de la
conquista, además de ser el fundador, en Michoacán, del primer Colegio de Altos
Estudios en América.
Así lo
describe Miguel León Portilla en su libro de testimonios del siglo XVI: Los
franciscanos vistos por el hombre náhuatl.
“Y mientras
estos religiosos caminaban para México, los indios se andaban tras ellos (como
los muchachos suelen seguir a los que causan novedad) y maravillándose de
verlos con tan desarrapado traje, tan diferente de la bizarría y gallardía que
en los soldados españoles antes habían visto.
Y decían
unos a otros, ¿qué hombres son estos tan pobres? ¿Qué manera de ropa es esta
que traen? No son éstos como los otros cristianos de Castilla, y menudeaban
mucho un vocablo suyo diciendo: Motolinía, Motolinía.
Y uno de los
padres, llamado fray Toribio de Benavente, preguntó a un español que qué quería
decir aquel vocablo que tanto lo repetían. Respondió el español: padre,
Motolinía quiere decir pobre o pobres. Entonces dijo fray Toribio, ese será mi
nombre para toda la vida, y así, de allí adelante, nunca se nombró ni firmó
sino fray Toribio Motolinía.
El proceso
evangelizador.
Para poder
comunicarse con los indígenas, muchos frailes de las órdenes religiosas
aprendieron sus lenguas indígenas; algunos se dedicaron a descifrar los códices
prehispánicos con el fin de conocer más sobre su historia y su forma de vida y
de comprenderla, pues éstos contenían mucha información sobre creencias
religiosas, conocimientos científicos y costumbres. El propósito de realizar este
trabajo fue comprender mejor las tradiciones y prácticas de los indígenas y
usar este conocimiento en la evangelización.
Para ello,
los frailes emplearon diversos métodos didácticos: utilizaron imágenes,
elaboraron oraciones cristianas al estilo de los códices indígenas, montaron
obras teatrales con temas de la Biblia, así como con grupos de danzantes o
comparsas.
Elaboraron
dibujos similares a los códices para escribir las oraciones y enseñanzas;
decoraron techos de las capillas con diferentes escenas religiosas.
La
evangelización también implicó la enseñanza de artes y oficios occidentales en
las escuelas parroquiales. Los indígenas podían recibir formación en música,
pintura, escultura, o ser instruidos en oficios como carpintería y herrería.
Los frailes también les enseñaban nuevos métodos agrícolas que incluyeron el
uso del arado y animales de tiro; y de manera simultánea, aprendieron el
cultivo y uso de las plantas prehispánicas.
Por otro
lado, los frailes también se valieron de algunas prácticas religiosas de los
indígenas, como la creencia en diversas deidades, para explicar e inculcar la
devoción por los santos.
En primer
lugar, los mesoamericanos parecieron estar dispuestos a conocer y adorar a los
dioses cristianos, así concibieron la pléyade de santos, vírgenes y apóstoles
que acompañaban a la Santísima Trinidad, porque sus religiones eran politeístas
y tenían una larga tradición de aceptación de las divinidades de otros pueblos.
Además, desconocían el principio de intolerancia constitutivo del catolicismo:
la convicción de ser la única verdadera religión.
Desde un
principio, los frailes reconocieron entre los nativos virtudes y cualidades que
los hacían aspirantes a la salvación de su alma. La humildad, la obediencia y
la sumisión eran rasgos que acercaban a los indios al reino de los cielos. Por
ello, para lograr llevarlos a la felicidad eterna, los frailes tenían que
emprender un proceso de purificación de su mundo: liberar a los indios del
demonio y eliminar las antiguas prácticas y costumbres prehispánicas, que, de
acuerdo con el juicio de los frailes, no podían sino calificarse de satánicas.
La presencia
del infierno en la vida diaria de los indios se tradujo en frecuentes momentos
de interacción entre dichos conversos y los malvados habitantes del inframundo,
que acosaban a los naturales ya convertidos. A decir de las crónicas de los
evangelizadores, el diablo y sus huestes convivieron constantemente con indios
y frailes.
Los frailes,
que en el siglo XVI se encargaron de la evangelización de los pueblos indígenas
de la Nueva España, proclamaron casi inmediatamente el éxito de su empresa
cristianizadora: los indígenas acudían en masa a las iglesias, se bautizaban
con avidez y participaban con entusiasmo en las atractivas procesiones y misas
organizadas por los religiosos; además, con su trabajo se construyeron
centenares de iglesias y monasterios que modificaron irreversiblemente el
paisaje sagrado del país.
Para reforzar
lo que estas analizando, revisa el siguiente video.
2.Sincretismo religioso en la Conquista.
https://www.youtube.com/watch?v=vjOEs7KIrH0
Como
observaste en el video, la religión católica toma elementos de la religión
sometida, que persisten en esta época.
Se puede
decir, que la conversión de los indígenas al cristianismo no sólo significó que
los frailes les enseñaron el catecismo y las principales creencias de la
religión cristiana, como el culto a los santos patronos, lo que conforma la
columna vertebral de la religiosidad indocristiana. En esta primera etapa de la
evangelización, algunos frailes se proponían formar en Nueva España una Iglesia
renovada acorde con los principios del humanismo cristiano. Sin embargo, este
proyecto se fue olvidando para dar lugar a una Iglesia intolerante, más
preocupada por intereses políticos y económicos que por la defensa de los
pueblos indígenas. Todo ello es una combinación característica de las complejas
negociaciones culturales que han marcado la historia indígena tras la
conquista.
Como se ha
mencionado, los frailes que vinieron a Nueva España no llegaron con la idea de
condenar a los indios a los horrores del fuego eterno. Por el contrario, como
humanistas cristianos que eran, su interés fue darles los rudimentos de la fe
cristiana, así como abrir para ellos las puertas del cielo y construir una
utopía cristiana en la Tierra.
De manera que
los misioneros no se limitaron a reconocer el infierno en las prácticas
prehispánicas que los escandalizaron. Desde un principio, buscaron explicar a
los indios la necesidad de transformar el antiguo orden, que ellos consideraban
“de vicios y pecados”; en otro, donde reinaran, según sus creencias, las
virtudes y la fe cristianas.
Si deseas saber un poco más del tema, apóyate en tu
libro de texto, ubica el tema en el índice del mismo.
En tu carta cuida la siguiente estructura y menciona alguno de los siguientes aspectos de la conquista espiritual.
ü La Iglesia y el
pulque
ü La primera
evangelización.
ü El proceso de
occidentalización.
ü El proceso
evangelizador.
¡Buen trabajo!
Gracias por tu esfuerzo
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